18 de enero de 2011

Milka Duno y la discriminación positiva

Aun a riesgo de que algunos me llaméis gruñón, hay varias cosas que me encienden como brasa en brasero; una de ellas es la discriminación por razón de sexo, de la que históricamente nos hemos beneficiado los hombres. El trato diferente que se da a unas u otras personas, simplemente porque uno es macho y otra hembra no tiene sentido alguno, eso sí, siempre que la igualdad sea manifiesta.

Porque otra cosa que me toca mucho los pelendengues últimamente es esa manía progre y enfermiza de tratar de buscar la igualdad de género cuando ésta no existe. Por ejemplo, los políticos que mandan en España quieren que el número de ministros y ministras sea el mismo… ¿y si tengo 30 mujeres geniales en nómina, tengo que quitar a alguna para meter a un hombre mediocre? Al revés también sirve. Lo que es evidente es que hombres y mujeres somos seres diferentes, y no entiendo el por qué empeñarse en hacernos iguales cuando no lo somos.

Ahora vas a entrar a un restaurante y viene una mujer, lo lógico, lo que me ensañaron desde pequeño, es que hay que cederle el paso. Es un acto de caballerosidad. Lo contrario me parece una grosería, pero en esta modernidad repelente, hay mujeres que se sienten objetos y ofendidas por
un acto tan banal como ese. ¿Cómo acierta uno?

Y todo esto viene a colación porque a la piloto de la IndyCar Milka Duno, que no tiene asiento seguro todavía para la siguiente temporada de la categoría de monoplazas americanos, la han fichado en el mejor equipo de stock cars de la serie ARCA estadounidense. Esto no debería ser noticia, que un buen equipo fiche a una mujer como piloto, pero lo que me parece resaltable es que la piloto venezolana es muy, muy mala, y los resultados ahí están, e incluso la dirección de las IZOD IndyCar Series, tuvo a prueba a Milka durante 2010 (con amenaza de expulsión de la categoría) por su alarmante bajo rendimiento.

Entonces ¿por qué el equipo Sheltra Motorsports de la ARCA ha fichado a un paquete voluptuoso como la Duno? Discriminación podría llamarse, y es que Milka Duno, por el hecho de ser mujer, tiene asegurados unos patrocinios cuantiosos, porque el deporte del motor siempre ha sido masculino, y la novedad de una señora metida en un ceñido mono (que no es novedad, ni mucho menos, porque ya había mujeres piloto antes de que los padres de Milka naciesen), hace sacar rendimientos económicos pingües a las compañías patrocinadoras.

Milka se ha beneficiado de esto toda su carrera, igual que la mayoría de las mujeres, incluida la omnipresente Danica Patrick, y mientras, hay sin asiento por ahí pilotos veteranos y jóvenes, de grandísima valía profesional, que el único defecto que tienen es que mean de pie.