12 de diciembre de 2010

La negación de la F1

Desde que comenzaron en la temporada 2010 las dudosas órdenes de equipo, dudosas porque estaban escondidas tras diversas frases hechas que los pilotos supuestamente entendían a la perfección, me puse del lado de la defensa de la legalidad de las órdenes. Pero fue con matices, pues siempre dije que con el sistema de equipos actual, la negación de las órdenes de equipo era absurda, y que la orden debía ser legal, pues se iba a producir de todas formas. Lo que se debía cambiar inevitablemente era el actual sistema de equipos, de una forma muy simple y complicada a la vez: el sistema de patrocinios debía ser por coche y no por escudería.

Cuando el pasado viernes día 10 de diciembre de 2010 se dieron a conocer los aspectos de las nuevas normativas deportiva y técnica de la F1, muchas ideas vinieron a mi mente, pues examinando lo técnico, las novedades se enfocaban al espectáculo, o sea, que se vuelve a implantar el KERS, se hacen móviles los alerones traseros pero con una normativa de actuación sobre dicha pieza completamente restrictiva y que sin
duda traerá mucha cola en 2011, la norma del 107% regresa para dejar sin opciones de correr a los monoplazas manifiestamente lentos (aunque repescables a criterio de la dirección de carrera), y alguna lindeza más, enfocadas, sin duda a propiciar lo que entienden los gerifaltes por espectáculo, es decir, los adelantamientos.

Pero la normativa técnica me ha sorprendido en lo tocante a que se vuelven a permitir las órdenes de equipo en carrera. Ya no hay necesidad de esconderse más tras frases hechas, ya le podemos decir a Massa "Felipe, en la siguiente recta te ordeno que dejes pasar a Fernando". Gracioso el tema ¿verdad? Pues el asunto, además de muy grave, tiene la gracia en el mismo lugar que las avispas.

La nueva norma nace ya capada, pues se hace referencia al artículo 151.c del Código Deportivo Internacional que prohíbe "cualquier conducta fraudulenta o cualquier acto perjudicial para los intereses de cualquier competición o los intereses del deporte del motor en general". Con esta referencia, la FIA trata de negar a los equipos que usen la nueva norma a su libre albedrío, para impedir, sin duda, episodios vergonzosos como los de 2003 en Austria. Pero lo cierto es que los equipos usarán la nueva norma como les venga en gana y seguirán adulterando la competición exactamente como hasta ahora. Aplicar el artículo 151.c es dejar sin efecto la nueva norma de la FIA, porque estamos hablando de carreras de coches, de pilotos que luchan contra el resto para ser los primeros. Si obviar eso no es un acto perjudicial para los intereses de la competición, que venga Dios y lo vea. Pero claro ¿cuáles son los intereses de la F1, el dinero para Ecclestone o la deportividad para la FIA?

¿Y ahora qué? Seguiremos teniendo una competición adulterada y amañada, pero ahora sin vergüenza por la traición a los aficionados, una competición en la que los doce sacamantecas jefes de equipo serán los que marquen las vicisitudes de carrera, convirtiéndose la F1 en un partido de fútbol, en el que el vencedor será siempre el equipo y el "Campeón del Mundo de Pilotos" pasará a ser denominado "Trofeo Pichichi".

Es España probablemente se verá muy bien el asunto, pues ya se pone a los pies de Alonso al segundo piloto de Ferrari, pero como dice el refrán "arrieros somos y en el camino nos encontraremos". Tarde o temprano, los ahora ufanos alonsistas verán como otro piloto le hace sombra al asturiano, terminando por ser mejor opción que el de Oviedo, viéndose perjudicado entonces Alonso por la legalidad de las órdenes de equipo. Es ley de vida, y todos tenemos nuestra propia decadencia en la vida. Igual les pasará a Vettel, Hamilton, Kubica, etc. Entonces, dentro de seis o siete años, se juntarán las vaquitas sagradas, con un montón de trofeos pichichi a sus espaldas y clamarán al unísono por la desaparición de las órdenes de equipo injustas para la competición... y para ellos mismos. Y lo triste es que lo conseguirán, y la FIA volverá al camino que emprendió en Austria 2003.

Debo expresar que estoy triste por la decisión de la FIA; como aficionado que lleva presenciando carreras desde finales de los setenta,  confieso que lo sucedido en el maldito viernes negro me produce sonrojo, decepción y falta de ilusión en el porvenir de la F1, de mi amada F1.

Inevitablemente, miro también hacia otras categorías en las que las carreras sean eso, competiciones para dilucidar quién es el piloto más veloz, sin apaños desde fuera, ensalzando la lucha, agresividad, cabeza, sensatez... todo lo que no hay ahora en la F1.

La F1 ha bajado un peldaño y no me da la gana ayudar a que vuelva a subirlo, mientras sean caciques los que tengan el control de la marioneta. Yo no soy parte de ese muñeco ni lo seré nunca.


"Yo no soy bueno para palacio, porque 
tengo vergüenza y no sé lisonjear"

Miguel De Cervantes Saavedra