La simplicidad como base del éxito

Para que las cosas funcionen aceptablemente, deben ser funcionales, y para lograr esa efectiva funcionalidad, el camino seguro es hacerlas simples. Siempre me enseñaron que para hacer determinada cosa, lo primero que había que pensar era la forma de llevarla a cabo de la manera más básica posible, y a partir de ahí, darle la sofisticación ténica suficiente para hacerla atractiva.

Pues los peloteros de la FIA parece que piensan todo lo contrario, pues viendo la mayoría de inventos normativos que idean, pareciera que buscasen la complicación máxima de sus ideas. Y no creo que sean tan malos los conceptos, que habría que decir el "concepto", pues es único e indivisible: la consecución de adelantamientos en la F1 de una forma más habitual.

Se han escrito ríos de tinta sobre el asunto del nuevo alerón móvil de la F1, y la mía no es más que otra
opinión más, sin entrar en análisis técnicos, la voz de un aficionado raso, como se hacía llamar mi Primo. Lo primero que debo decir es que me encantan las alitas fritas, son mi debilidad, pero en fechas en que mi madre estaba en el hospital, mi padre nos obsequió a mi hermana y a mí con una sobredosis de alitas de pollo; los
primeros días estábamos bastante felices con el tema, pues éramos dos niños con la novedad de comer siempre lo que nos gustaba, pero poco a poco el hastío de la repetitividad nos invadía, y terminamos pidiendo a gritos un buen plato de lentejas. Con el tiempo nos curamos y volvimos a apreciar las otrora aborrecidas alitas de pollo. Ese mismo es el peligro principal de que los escasos adelantamientos en la F1 sean demasiado frecuentes, la tendencia de los espectadores a infravalorar lo que en la FIA más valoran.

Pero la forma de llevar a cabo esta medida es absurda, de viñeta de cómic galáctico, de esas en las que el guerrero de turno tiene un uniforme que al tanteo debe pesar 90kg, entre cachivache y cachivache. A mí me parece delirante la cantidad de factores que están en juego para que el invento entre en funcionamiento, pero lo que más me alarma es la concepción, pues el artilugio se acciona de forma manual por el piloto, o sea, otra luz, otro botón más en el volante, a la que deberemos añadir el KERS... y menos mal que quitaron el F-duct. O sea, que en una recta que el coche tarda en recorrer 5,5 segundos, el piloto debe cambiar de marcha 6 veces, ajustar el reparto de frenada de acuerdo al tipo de curva que se encontrará, pulsar el botoncito del KERS cuando haya verificado que está cargado el sistema, cuidarse del piloto de detrás que viene dando por saco, oir y prestar atención a lo que le dice el ingeniero de turno "Fernando is faster than you", y ahora dedicarle otro vistazo y un cachito de cerebro al nuevo sistema.

Y el nuevo sistema... no se puede usar cuando a uno le venga en gana, sino cuando la dirección de carrera lo autorice ¿y cuando autoriza? cuando estás detrás de un piloto a menos de 1 segundo del mismo y con la aviese intención de hacerle perder la posición. Son tantas y tantas la variables de carrera que se pueden presentar que uno queda aturdido del desmadre que se puede organizar. Imaginaos la larga recta de China, y poco antes de llegar a ella, Hamilton se pega a Schumacher, y le adelanta usando el invento al comienzo de la recta, pero Schumacher no es tonto y se pega a su rebufo, pero la dirección de carrera le niega el permiso para adelantar usando el ala movil ¿por qué, no tiene el rebufo? Schumacher se quejará amargamente, pero Hamilton también lo hará si le dan permiso a Schumacher para usar el invento. En cada maniobra, una reclamación. ¿Y si ahora los que luchan por la carrera aguantan detrás del que tienen delante y usan el sistema en la última zona de adelantamiento posible, en los últimos instantes de la carrera? A poquito que los pilotos le agarren el tranquillo al dispositivo, va a ser como la última vuelta en Daytona ¡si vas primero, vas vendido! ¿Y si van en un trenecito 5 pilotos? Permiso para cuatro y el que va primero porque la circuntancia de carrera así lo quiso, perderá cuatro posiciones, alguna de las cuales ganará en la próxima recta, eso cuando el omnipotente Charlie Whithing y sus secuaces sean capaces de controlarlo todo, cosa que dudo.

En resúmen, que el nuevo sistema me parece demasiado complicado para que resulte efectivo realmente, de hecho, me parece que el que haya ideado semejante gilipollez debería estar vendiendo perfumes en una tienda de chinos.

Una carrera de coches es algo simple por definición, varios coches que salen de un punto y llegan a otro, luchando todos por ser los primeros. Ese era el inicio y en la FIA se han dedicado a redactar normativas que han hecho demasiado complicado, incluso absurdo el deporte de las carreras de coches.