30 de julio de 2009

Schumacher: ¿afición o ambición?


La Palma.- El regreso del campeonísimo alemán al mundial de F1 está rodeado de muchas polémicas y habría que hacer muchas, muchas consideraciones, que este humilde periodista, más cercano a la senilidad que a la adolescencia, no está dispuesto a hacer, pero sí que haré algunas, las más importantes, y tratando de ceñirme siempre a las técnicas internaúticas, que dicen que no debo hacer posts muy largos ¿a quién carajo se le ocurrió eso?, pues el lector, para eso, ojea el periódico de turno.

La prensa española está furiosa. ¡Es una injustia! ¡Marc Gené era a quien correspondía ese lugar! ¡En Ferrari se han influenciado por los medios! Tengo una pequeña aprecicación que hacer a todos los que piden que Gené debiera estar en el asiento de Massa. La condición de piloto de pruebas solo es eso, y Gené para Ferrari es el piloto que prueba y desarrolla el coche, lo contrataron para dar vueltas solito en los circuitos y para hablar con los ingenieros; el resto son divagaciones patrióticas, o mejor dicho, patrioteras. Pero aplicando el criterio de “antigüedad” ¿no creen que le correspondería a Luca Badoer el honor de aprovechar la oportunidad y manejar así el Ferrari en carrera? Esta cuestión parece olvidarse a la prensa española, que se arman con una primera posición en las 24 horas de LeMans como criterio diferenciador de un buen piloto pleno de competitividad y el supuesto chofer que sería Badoer, piloto al que se ha descalificado y prácticamente anulado desde la prensa.

Dejando a Gené más de lado que la propia escudería, me pregunto y os pregunto ¿por qué vuelve Schumacher? Desde el entorno cercano al piloto decían que no volvería, que sí, que dependía de quién y cómo se lo pidiesen, y un largo etcétera de chanchulletes, tejes y manejes. Ahora dicen que el alemán es un hombre Ferrari y no podía dejar a los de Maranello en la estacada por el problema de Massa. Mentira.

Se me ocurren dos motivos por los que el Kaiser ha vuelto. Primeramente por afición. Este hombre lleva la competencia subido en un coche en la sangre, y el gusanillo de subirse a un monoplaza no le abandonará jamás. En su día dejó la competición siendo todavía un chaval, y en lo alto de la ola. Directamente se puso a correr en motos para calmar ese gusano corrosivo. Pero no es lo mismo el mundo de las dos ruedas que el de la F1, donde ha crecido como piloto y persona Michael. La alta competición, el demostrarse a sí mismo que todavía lo podría hacer bien, todo un súper equipo trabajando duramente para él, las felicitaciones del resto de pilotos y patrones… es su vida.

Recuerdo a Schumacher como un piloto soberbio y tengo que decir que una cosa me desconcertaba: se subía al podio un día sí y otro también, y sin embargo se le veía tremendamente alegre siempre. Estaba aburrido de ganar carreras y cada vez que pisaba lo más alto del cajón era la primera para él. Schumacher era diferente.

A mi revolcado cerebro viene la palabra ambición. ¿Por qué podría ambicionar Schumacher el regreso a la F1? Contradictorio. El Kaiser lo ha ganado todo, incluso algo de dinerillo. Ha ganado campeonatos del mundo, carreras para aburrir, poles para dar y tomar, ha sido además acusado de ser el piloto más sucio de la historia de la F1, pero lo que es innegable es que Schumacher, con números en la mano, ha sido el mejor piloto de la historia de la F1, estadísticamente. ¿Dónde está pues la ambición? El anhelo del alemán es únicamente una carrera, y es demostrar en esa carrera que da igual su edad y el tiempo que lleve sin correr: fue el mejor, es el mejor y siempre lo será. La ambición de Michael es el futuro, es la ambición del sacerdote que hace mejoras en el altar de su iglesia y en las imágenes que en él se encuentran para ganar su lugar en un escalón más alto, es decir excusándose en el mal estado del altar, acomete una empresa para satisfacer su ego y, sobre todo, para estar a la vera del altísimo.

El caso de Michael es el mismo. Excusándose en una necesidad concreta de sus amigos de rojo, se mete en una empresa complicada, pero de la que si sale con bien, quedará encumbrado definitivamente como el mejor piloto de la historia, y no ante Luca Cordero de Montezemolo, sino ante todo el planeta F1.
Ego.

2 comentarios:

  1. En Spa va a volar,acuerdate. Martin hoy andare algo escaso de tiempo seguramente, si puedo publico el analisis de Ferrari hoy, y si no mañana ;)

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  2. Lo que decia la prensa de que Luca Badoer era un "paquete", se confirmó en Valencia al ciento por ciento.

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